cuentos con subtitulos para que los pequeños puedan disfrutar del cuento y sigan la lectura
El Niño y el Bebé Elefante
Erase una vez un pequeño pueblo suburbano llama do Barkland.
El pueblo era admirado por sus vecinos por que tenía un gran parque.
El alcalde y los habitantes pensaron que el parque tendría más vida si tuviera animales.
Decidieron traer a un tierno elefantito para ser la mascota del parque.
Fueron a un zoológico cercano, adoptaron a un bebé elefante y lo trajeron de vuelta al parque.
El bebé elefante era muy travieso, pero dulce y adorable.
Los habitantes y sus hijos traían frutas de sus casas y alimentaban al bebé elefante.
El bebé elefante estaba muy feliz y jugaba con los niños que lo visitaban.
Un día, tres niños que eran muy pícaros fueron a ver a l elefante.
Vieron a los demás alimentando al elefante con frutas.
Uno de los niños tenía un plátano en su mano.
El niño le quería hacer una travesura al elefante.
El niño se dijo –colocaré una piedra dentro del plátano y se lo daré al elefante para ver qué hace-
El niño levanto una piedra y la puso dentro del plátano con un gusto, malévolo.
El niño le dio el plátano al elefantito quien se lo empezó a comer felizmente.
El niño le dijo a sus amigos -puse una piedra dentro del plátano y se lo di de comer al elefante-
Los tres niños vieron al bebé elefante y se rieron – ji ji ji j aja ja –
Mientras comía, el bebé elefante mordió la piedra –haay haay –
El bebé elefante tuvo muchísimo dolor.
El niño y sus amigos están riendo y burlándose.
Alardeaban entre ellos su malévola hazaña –jajajaja-
El bebé elefante tomo nota de eso –greeeee-
Como estaba obscureciendo, los niños se fueron a sus casas.
El siguiente día era el cumpleaños del niño travieso.
Su mamá le había comprado una camiseta nueva.
El niño se puso la camiseta para jugar con sus amigos.
El bebé elefante vio que los niños jugaban y decidió devolver la malvada hazaña.
El bebé elefante pensó para sí – Hmmm… “debería darle una lección al niño” Esto hará que no vuelva él a jugarle esta broma a nadie más.-
El bebé elefante vio un charco de lodo cerca del área de juego.
El bebé elefante se fue silenciosamente al lugar donde jugaban los niños.
De pronto, con su trompa salpicó el charco de agua con lodo al niño – jijiji-
El niño estaba empapado del charco con lodo.
El niño empezó a llorar diciendo –mi camiseta, mi camiseta nueva esta toda sucia y yo también-
El bebé elefante se sintió mal al ver al niño llorar -¡Aww! Me siento muy mal al ver al niño llorar. Quiero hacer que el niño se sienta mejor.-
Él pensó y se dijo a sí mismo –podría limpiar al niño con agua limpiar del río de cerca.-
El bebé elefante corrió al río de cerca y llenó su trompa con agua limpia.
El bebé elefante fue con el niño y lo roció con el agua limpia de su trompa.
El lodo del niño se limpió completamente, pero el niño seguía empapado.
El bebé elefante fue con el niño y con su trompa le sopló un montón de aire hasta secarlo.
El niño recordó su fechoría y dijo –perdón por haber sido, malo bebé elefante.-
El bebé sonrió, extendió su trompa y se reconcilió con el niño.
El niño le sonrió al bebé elefante y le dijo – ¡espera!
El niño corrió, tomó un plátano y se lo dio al bebé elefante.
El bebé elefante abrazó al niño con su trompa.
El bebé elefante tomó el plátano de sus manos y de lo comió.
De ese día en adelante, fueron los mejores amigos y vivieron felices para siempre.
El Niño y el Bebé Elefante
Erase una vez un pequeño pueblo suburbano llama do Barkland.
El pueblo era admirado por sus vecinos por que tenía un gran parque.
El alcalde y los habitantes pensaron que el parque tendría más vida si tuviera animales.
Decidieron traer a un tierno elefantito para ser la mascota del parque.
Fueron a un zoológico cercano, adoptaron a un bebé elefante y lo trajeron de vuelta al parque.
El bebé elefante era muy travieso, pero dulce y adorable.
Los habitantes y sus hijos traían frutas de sus casas y alimentaban al bebé elefante.
El bebé elefante estaba muy feliz y jugaba con los niños que lo visitaban.
Un día, tres niños que eran muy pícaros fueron a ver a l elefante.
Vieron a los demás alimentando al elefante con frutas.
Uno de los niños tenía un plátano en su mano.
El niño le quería hacer una travesura al elefante.
El niño se dijo –colocaré una piedra dentro del plátano y se lo daré al elefante para ver qué hace-
El niño levanto una piedra y la puso dentro del plátano con un gusto, malévolo.
El niño le dio el plátano al elefantito quien se lo empezó a comer felizmente.
El niño le dijo a sus amigos -puse una piedra dentro del plátano y se lo di de comer al elefante-
Los tres niños vieron al bebé elefante y se rieron – ji ji ji j aja ja –
Mientras comía, el bebé elefante mordió la piedra –haay haay –
El bebé elefante tuvo muchísimo dolor.
El niño y sus amigos están riendo y burlándose.
Alardeaban entre ellos su malévola hazaña –jajajaja-
El bebé elefante tomo nota de eso –greeeee-
Como estaba obscureciendo, los niños se fueron a sus casas.
El siguiente día era el cumpleaños del niño travieso.
Su mamá le había comprado una camiseta nueva.
El niño se puso la camiseta para jugar con sus amigos.
El bebé elefante vio que los niños jugaban y decidió devolver la malvada hazaña.
El bebé elefante pensó para sí – Hmmm… “debería darle una lección al niño” Esto hará que no vuelva él a jugarle esta broma a nadie más.-
El bebé elefante vio un charco de lodo cerca del área de juego.
El bebé elefante se fue silenciosamente al lugar donde jugaban los niños.
De pronto, con su trompa salpicó el charco de agua con lodo al niño – jijiji-
El niño estaba empapado del charco con lodo.
El niño empezó a llorar diciendo –mi camiseta, mi camiseta nueva esta toda sucia y yo también-
El bebé elefante se sintió mal al ver al niño llorar -¡Aww! Me siento muy mal al ver al niño llorar. Quiero hacer que el niño se sienta mejor.-
Él pensó y se dijo a sí mismo –podría limpiar al niño con agua limpiar del río de cerca.-
El bebé elefante corrió al río de cerca y llenó su trompa con agua limpia.
El bebé elefante fue con el niño y lo roció con el agua limpia de su trompa.
El lodo del niño se limpió completamente, pero el niño seguía empapado.
El bebé elefante fue con el niño y con su trompa le sopló un montón de aire hasta secarlo.
El niño recordó su fechoría y dijo –perdón por haber sido, malo bebé elefante.-
El bebé sonrió, extendió su trompa y se reconcilió con el niño.
El niño le sonrió al bebé elefante y le dijo – ¡espera!
El niño corrió, tomó un plátano y se lo dio al bebé elefante.
El bebé elefante abrazó al niño con su trompa.
El bebé elefante tomó el plátano de sus manos y de lo comió.
De ese día en adelante, fueron los mejores amigos y vivieron felices para siempre.
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