Para 2050, 1,800 millones de personas sufrirán absoluta escasez de agua: CNDH
La Comisión alertó sobre la degradación del suelo en México que provocará zonas económicas improductivas y afectará el ejercicio de los derechos humanos.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) dijo que la degradación del suelo provocará que para 2050, 1,800 millones de personas vivan en regiones con absoluta escasez de agua.
El organismo alertó sobre el desgaste del suelo en México, cuyos efectos más dramáticos son la declinación de la fertilidad de la tierra y la reducción del contenido de materia orgánica, lo que deriva en zonas improductivas para cualquier actividad económica y afecta gravemente el ejercicio de los derechos humanos.
Ante este panorama, la Comisión insta al Consejo Nacional de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible para que, con la participación de los gobiernos locales, el sector privado, la sociedad civil y la academia, se coordine el desarrollo de acciones con recursos suficientes que ayuden a alcanzar la meta 15.3 de la agenda que establece “luchar contra la desertificación, rehabilitar las tierras y los suelos degradados” y “procurar lograr un mundo con una degradación neutra del suelo”.
En el contexto del Día Mundial para Combatir la Desertificación y la Sequía, que se conmemora el 17 de junio, la CNDH señaló que cerca de la mitad de los suelos del país presentan degradación y que la principal causa de este fenómeno es la actividad humana derivada de la alteración del medio ambiente para la satisfacción de necesidades materiales.
La erosión también afecta las capas superficiales de las tierras, donde, si bien es posible desarrollar actividades agropecuarias y forestales, se presenta una baja considerable en la producción, aunque en dichas zonas sería posible revertir el fenómeno mediante un uso sustentable del recurso.
Por otra parte, la desertificación es la degradación de las tierras secas como resultado de la incidencia de variaciones climáticas y las actividades humanas. Entre estas últimas, destacan los cambios de uso de suelo, la tala de árboles y de arbustos, el sobrepastoreo y la agricultura intensiva, que agota los nutrientes del suelo.
El Secretariado Ejecutivo de la Convención de las Naciones Unidas para Combatir la Desertificación (UNCCD por sus siglas en inglés), señala que este problema podría provocar el desplazamiento de alrededor de 135 millones de personas antes de 2045.
Además, si continúa esta tendencia, se espera que el total de la demanda de agua mundial aumente entre un 35 y un 60% entre 2000 y 2025, y se duplique antes de 2050, detalló la CNDH en un comunicado.
Y en 2050, el 50% de la tierra agrícola en América Latina podría estar afectada por la desertificación.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) dijo que la degradación del suelo provocará que para 2050, 1,800 millones de personas vivan en regiones con absoluta escasez de agua.
El organismo alertó sobre el desgaste del suelo en México, cuyos efectos más dramáticos son la declinación de la fertilidad de la tierra y la reducción del contenido de materia orgánica, lo que deriva en zonas improductivas para cualquier actividad económica y afecta gravemente el ejercicio de los derechos humanos.
Ante este panorama, la Comisión insta al Consejo Nacional de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible para que, con la participación de los gobiernos locales, el sector privado, la sociedad civil y la academia, se coordine el desarrollo de acciones con recursos suficientes que ayuden a alcanzar la meta 15.3 de la agenda que establece “luchar contra la desertificación, rehabilitar las tierras y los suelos degradados” y “procurar lograr un mundo con una degradación neutra del suelo”.
En el contexto del Día Mundial para Combatir la Desertificación y la Sequía, que se conmemora el 17 de junio, la CNDH señaló que cerca de la mitad de los suelos del país presentan degradación y que la principal causa de este fenómeno es la actividad humana derivada de la alteración del medio ambiente para la satisfacción de necesidades materiales.
La erosión también afecta las capas superficiales de las tierras, donde, si bien es posible desarrollar actividades agropecuarias y forestales, se presenta una baja considerable en la producción, aunque en dichas zonas sería posible revertir el fenómeno mediante un uso sustentable del recurso.
Por otra parte, la desertificación es la degradación de las tierras secas como resultado de la incidencia de variaciones climáticas y las actividades humanas. Entre estas últimas, destacan los cambios de uso de suelo, la tala de árboles y de arbustos, el sobrepastoreo y la agricultura intensiva, que agota los nutrientes del suelo.
El Secretariado Ejecutivo de la Convención de las Naciones Unidas para Combatir la Desertificación (UNCCD por sus siglas en inglés), señala que este problema podría provocar el desplazamiento de alrededor de 135 millones de personas antes de 2045.
Además, si continúa esta tendencia, se espera que el total de la demanda de agua mundial aumente entre un 35 y un 60% entre 2000 y 2025, y se duplique antes de 2050, detalló la CNDH en un comunicado.
Y en 2050, el 50% de la tierra agrícola en América Latina podría estar afectada por la desertificación.
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